Isabella Quarter

Responder
Avatar de Usuario
DrGrullo
Mensajes: 58
Registrado: 17 Jul 2023, 10:41
Ubicación: Madrid

Isabella Quarter

Mensaje por DrGrullo »

En la primera entrega sobre las monedas conmemorativas clásicas estadounidenses hablamos del “Columbian half dollar” y anticipamos que esta no fue la única moneda conmemorativa emitida con ocasión de la Exposición mundial colombina de Chicago de 1893. Efectivamente, en dicha exposición vio la luz también otra moneda conmemorativa especialmente curiosa, no sólo por ser el primer cuarto de dólar conmemorativo (y según algunos numismáticos el único al considerar los emitidos a partir del bicentenario como monedas circulantes y no verdaderas conmemorativas, criterio del que yo personalmente difiero), sino también por ser la primera vez que una moneda estadounidense representó a una mujer (al margen de las alegorías tipo “libertad”) y la única vez que se ha dedicado una moneda norteamericana a un jefe de estado extranjero, en concreto la reina Isabel I de Castilla, la primera reina de España como tal nación. Además, señalar que hasta la aparición de los dólares de Susan B. Anthony que circularon entre 1979 y 1999 y los actuales de Sacagawea (a partir del año 2000) ninguna mujer real apareció en las monedas norteamericanas durante casi cien años.

Ya nos referimos en el anterior artículo de esta serie a la Exposición mundial colombina de Chicago 1893 y vimos como el comité organizador de la exposición fue quien tuvo la idea de emitir una moneda conmemorativa dedicada a Cristóbal Colón y por tanto al descubrimiento del continente americano. La exposición además contaba con un comité de mujeres organizadoras encargadas de un pabellón muy especial, el de las mujeres. Esta Junta de Mujeres gerentes de la exposición Mundial Colombina estaba presidida por Bertha Palmer (1849-1918) una empresaria casada con el también millonario de Chicago Potter Palmer responsable de muchos de los grandes edificios construidos en Chicago después del gran incendio que destruyó la ciudad en 1871, especialmente de algunos de sus grandes hoteles.

La Junta de Mujeres gerentes era responsable del Pabellón de las Mujeres en la exposición, un gran edificio de dos plantas cuyo diseño fue ganado por concurso por la jovencísima arquitecta Sophia Hayden (1868-1953) quien fue la primera mujer que se graduó en arquitectura en la universidad de Bostón, en el prestigioso Massachusetts Institute of Technology, y precisamente ganó el referido concurso con una modificación de su proyecto de tesis, contaba con tan sólo 21 años en ese momento. Aunque el diseño inicial era de un edificio de tres pisos, en estilo renacentista italiano durante la construcción fue modificado sustancialmente por presiones del comité organizador no exentas de machismo ya que no creían que una mujer pudiera supervisar la construcción del edifico que a pesar de lo cual fue el primero de la exposición en ser finalizado. Buena muestra de las discriminaciones a las que fueron sometidas las mujeres es que Sophia Hayden sólo cobró 1.000 $ por el diseño del edificio mientras que los arquitectos varones recibían de media 10 veces más por edificios similares. Al final de la exposición universal el pabellón fue demolido y Sophie desanimada por la forma en que fue tratada decidió dejar de ejercer la arquitectura.

Nos hemos detenido en el Pabellón de Mujeres porque fue aquí donde se vendía el “Isabella Quarter”. En el pabellón había diferentes espacios utilizados para exponer el trabajo de las mujeres en diversos países (España entre ellos) quienes contaban a su vez con comités nacionales para la exposición también constituidos únicamente por mujeres. Así en España fue la propia reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena (segunda esposa del fallecido Alfonso XII y madre del rey Alfonso XIII) quien creo la Junta de Señoras integrada por relevantes mujeres de la época como fue el caso de la escritora Emilia Pardo Bazán.

Como se ha dicho en el pabellón se pretendía exhibir el avance de la mujer en el mundo, buena muestra de ello era la presencia de dos grandes murales, uno representaba a la “Mujer primitiva” obra de Mary-Fairchild MacMonnies y otro a la “Mujer Moderna” de Mary Cassatt. Aunque el grueso de los trabajos expuestos estaba relacionado con las artes y la artesanía, también tenían lugar en la muestra los trabajos de las mujeres en los campos de la ciencia y la economía doméstica. No hay que perder de vista que a finales del siglo XIX se vivía en todo el mundo occidental y en particular en los Estados Unidos un movimiento feminista no sólo dirigido a obtener igualdad de derechos y el derecho de voto (las conocidas sufragistas) sino también a ampliar su protagonismo en la vida civil, ya que hasta el momento las mujeres estaban subordinadas a sus maridos y su rol generalmente limitado al espacio doméstico. A título de ejemplo señalar que en 1870 se ratificó la Decimoquinta Enmienda a la Constitución de los EE.UU. por la que se otorgaba el derecho al voto a los hombres negros, pero no fue hasta 1920 con la Decimonovena Enmienda cuando se otorgó el voto a las mujeres (por cierto, que esta enmienda fue llamada “Enmienda Susan B. Anthony” en honor de la afamada feminista y sufragista norteamericana que vivió entre 1820 y 1906 y a cuya moneda ya nos hemos referido antes). En buena parte de los Estados Unidos fueron los Clubes de Mujeres y la Federación de estos los encargados de la defensa de los derechos de la mujer.

Por no desviarnos mucho del tema que nos ocupa diré que Bertha Palmer también era miembro del Chicago Woman´s Club y esta inquietud feminista fue la que desde la presidencia de la Junta de Mujeres gerentes de la exposición le llevo a la decisión de que todo el trabajo expuesto en el pabellón y el pabellón mismo fuera obra de mujeres y que la financiación de este edificio procediese exclusivamente de ellas. Así siguiendo el ejemplo de los varones que habían decidido la emisión de una moneda conmemorativa con cuya venta financiar parcialmente el evento, Palmer impulsó la idea de emitir una moneda conmemorativa dedicada a las mujeres y que igualmente se vendería en su pabellón a un precio superior al valor facial. Y como no, esta moneda debía representar a una mujer relevante, por ello se eligió a la reina Isabel I de Castilla por ser la patrocinadora del viaje de Colón que finalizó con el descubrimiento del Nuevo Mundo, y al mismo tiempo recoger una muestra del trabajo y la creatividad femeninas. También querían que la moneda fuese diseñada por una mujer por lo que inicialmente se encargó el mismo a la joven escultora local Caroline Peddle Ball (1869-1938) quien iba a exhibir sus diseños para la “Tiffany Glass Company” en la misma exposición colombina.

El trabajo de Peddle no logró la aceptación de las autoridades de la casa de la moneda que decidieron que fuese Charles E. Barber el que se responsabilizase del mismo, de este modo fue el afamado grabador quien se encargó de diseñar el anverso de la moneda para lo cual eligió una efigie de la reina Isabel la Católica coronada en su perfil izquierdo. En cuanto al reverso de la moneda también fue Barber el encargado del diseño, pero esta vez sirviéndose de un boceto realizado por su ayudante, el otro gran grabador de la época, George T. Morgan quien eligió la figura de una mujer arrodillada hilando lino, que sostenie una rueca en su mano izquierda y un huso en la derecha, con ello se pretendía simbolizar la industria artesana propia de las mujeres. En el anverso el busto real figura flanqueado por la leyenda “United States of America” y el año 1893, mientras que en el reverso rodea al motivo la leyenda “Board of Lady Managers · Columbian Quar. Dol.”

Así pues, al igual que sucedió con su precedente el “Columbian half dollar” esta segunda moneda conmemorativa norteamericana repite a los mismos diseñadores, la afamada pareja Barber y Morgan, aunque esta vez no incluyeron sus iniciales en la moneda.

En lo referente a la aprobación de la emisión de la moneda fue Bertha Palmer la encargada de impulsar la misma. Palmer a la vista de las dificultades encontradas para la aprobación del “Columbian half dollar” decidió esperar hasta que la misma estuvo en circulación para llevar al Congreso su propuesta, y así fue en enero de 1893 cuando presentó la misma al Comité de Asignaciones de la Cámara, pidiendo que 10.000 $ de los destinados a financiar el pabellón de las mujeres de la feria de Chicago lo fueran en forma de cuartos de dólar conmemorativos, los cuales se venderían al precio de un dólar, multiplicando así por cuatro los fondos obtenidos por el “Board of Lady Managers”.

El 3 de marzo de 1893 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley que autorizando la acuñación y emisión del “Columbian Quarter Dollar” limitando el número de ejemplares del mismo a 40.000 unidades.

Después de que el Congreso autorizase la moneda, el Director de la Oficina de la Casa de la Moneda, Edward O. Leech, le escribió a Palmer el 14 de marzo de 1893. Aunque expresó su voluntad de que las “Lady Managers” seleccionaran el diseño, el grabador jefe de la Casa de la Moneda, Charles E. Barber y el superintendente de la Casa de la Moneda de Filadelfia, Oliver Bosbyshell, ya habían instado a Leech a mantener el proceso de diseño interno en la propia Casa de la Moneda. Palmer respondió que las organizadoras habían decidido que el cuarto llevaría un retrato de Isabel La Católica en cuanto ella habría sido la que sufragó la expedición de Colón (se dice que con la venta de sus propias joyas). La presienta del comité indicó que estaba consultando a varios artistas y sugirió que la “Philadelphia Mint” presentara un diseño para su consideración. También se reunió con el congresista de Illinois Allen Durborow, presidente del Comité supervisor de la Exposición y antiguo colega del secretario del Tesoro John G. Carlisle, superior de Leech. La Sra. Palmer le sugirió al congresista que mediara entre las “Lady Managers” y Carlisle y Leech.
Finalmente, las organizadoras contrataron a finales de marzo a la señorita Caroline Peddle para que hiciera el trabajo de diseño. La presidenta del comité de damas indicó a la artista que la moneda debía tener una figura de la reina Isabel I de Castilla en el anverso y la inscripción "Moneda conmemorativa emitida para la Junta de Administradoras de la Exposición Colombina Mundial por Ley del Congreso, 1492–1892" en el reverso, así como la denominación y el nombre del país. La presidenta no le precisó que les proporcionara el diseño a las “Lady Managers” antes de ser enviado a la Casa de la Moneda. Al mismo tiempo Palmer informó a Carlisle y Leech de sus instrucciones. Carlisle no tuvo inconveniente en que una moneda fuera diseñada por una mujer ni en la elección de la efigie de Isabel I como motivo de la moneda. El secretario del Tesoro le dijo a la presidenta de las organizadoras que el reverso, con su larga inscripción, aparecería como un símbolo de publicidad comercial, y pidió que se revisara. Leech envió una nota al superintendente Bosbyshell informándole que las “Lady Managers” probablemente harían que un escultor externo creara el anverso y pidiéndole que hiciera que el grabador jefe de la Casa de la Moneda, Charles E. Barber, preparara algunos diseños para el reverso y su posible utilización.
Obedeciendo a las instrucciones de Palmer, Peddle envió bocetos a Leech de una Isabel sentada en su trono, con la larga inscripción en el reverso de la que esperaba que el Director de la Casa de la Moneda permitiese recortar por considerarla demasiado extensa. Leech no estaba contento con el reverso y decidió que Barber diseñaría ese lado de la moneda. Barber y Bosbyshell le escribieron a Leech que las piernas de Isabel parecerían distorsionadas si se usase la figura sentada y defendieron una cabeza de perfil, ya que al igual que sucedió con el “Columbian Half Dollar” Barber quería a toda costa una moneda de diseño clásico con la correspondiente efigie a imagen y semejanza de sus coetáneas monedas circulantes (la conocida como serie Barber). Carlisle estuvo de acuerdo, afirmando que solo había dado permiso para una efigie de la reina y no una imagen de cuerpo entero. Así pues, se informó a Peddle que Barber produciría el reverso, aunque se le enviaría el diseño para su aprobación y tendría que cambiar su anverso.
Mientras tanto, Bertha Palmer se encontraba cada vez más nerviosa, por cuanto el tiempo corría y la moneda no iba a estar disponible para la inauguración de la Exposición el 1 de mayo, por lo que temía que las piezas no estarian disponibles para la venta hasta bien entrada la feria. Bajo la presión de todos, Peddle amenazó con abandonar el proyecto y escribió que "no podía consentir en hacer la mitad del trabajo que se le había encomendado”.
Pero lo que finalmente agotó la paciencia de Peddle fueron dos cartas fechadas el 7 de abril. La primera, de Leech, reafirmando su derecho como director de la Casa de la Moneda a prescribir los diseños de la moneda y en el que conminaba a la artista a utilizar una efigie de la reina en el anverso de la moneda y al mismo tiempo le comunicaba que para el reverso habría de seguir los bocetos de un grabador de la “Philadelphia Mint” que sería libre de modelar. La segunda, de Bosbyshell, imponiendo un requisito adicional, que la reina Isabel no llevara corona, por considerarlo inapropiado en una moneda estadounidense. Ante dichas exigencias, el 8 de abril de 1893, Caroline Peddle se retiró del proyecto.
Tras la renuncia de la artista, Leech escribió una carta conciliadora a Palmer, quien respondió lamentando que los tres no hubieran trabajado juntos, en lugar de hacerlo con propósitos opuestos. Palmer había escrito para sugerir una alternativa al reverso de la inscripción: que la moneda representara el Edificio del Pabellón de Mujeres en la feria. Barber preparó bocetos y rechazó la idea, afirmando que el edificio aparecería como una mera raya en la moneda en el bajorrelieve requerido. En cambio, prefirió un boceto preparado por el grabador asistente George T. Morgan, que mostraba a una mujer arrodillada hilando lino, con una rueca en las manos. Leech no estaba completamente satisfecho con la propuesta, afirmando que la yuxtaposición de Isabel en el anverso y el reverso de Morgan eran "demasiadas mujeres". Antes de aceptar el diseño de Morgan, Leech quería que Barber produjera algunos reversos él mismo, lo que hizo el grabador jefe, y Bosbyshell se los envió a Leech el 11 y 12 de abril. Estos mostraban varios usos de un águila heráldica. Después de considerar estos bocetos, Leech se decidió por el diseño de Morgan y le escribió a Palmer en consecuencia, afirmando que "la rueca se usa en el arte para simbolizar la industria paciente, y especialmente la industria de las mujeres". En su respuesta, las organizadoras rechazaron esta propuesta de reverso, insistiendo en una imagen del Pabellón y preguntaron si era posible reproducir a una persona viva en la moneda. Leech declaró que el secretario del Tesoro había seleccionado el diseño del reverso de la mujer hilando y que su determinación era vinculante.
El superintendente Bossyshell informó a Leech por carta que Stewart Cullin, curador de la Universidad de Pensilvania, poseía varias medallas que representaban a la reina Isabel de Castilla, y el general retirado Oliver O. Howard estaba escribiendo una biografía de la difunta reina y poseía algunas semblanzas de ella. Leech estuvo de acuerdo en que estos hombres fueran consultados. Carlisle se mostró reacio a permitir que una inscripción que hiciera distinciones por sexo, como "Junta de Gerentes", apareciera en la moneda, pero finalmente accedió a esa redacción. El 24 de abril, el Director de la Casa de la Moneda envió a Palmer una caja que contenía dos modelos de yeso del anverso, uno de Isabel cuando era una reina joven y el otro mostrándola más madura. También le informó que se usaría el reverso de la rueca, con la redacción acordada por Carlisle. Supuestamente, los modelos del anverso fueron hechos por Barber basándose en un grabado de Isabel enviado por Peddle a la Casa de la Moneda a petición de Palmer, pero el historiador Moran sugiere que el corto período de un único día transcurrido entre la recepción del grabado y la finalización de los modelos (durante el cual Barber también asistió el funeral del nieto de Bosbyshell) significaría que Barber ya se encontraba trabajando en ellos antes de eso. El 5 de mayo con la Exposición ya en marcha el “Board of Lady Managers” se decidió por el retrato de la joven reina.
Así pues, todas estas visicitudes muestran a las claras las diferencias de poder que en aquellos tiempos separaban a hombres y mujeres, incluso en un país moderno y desarrollado como los Estados Unidos y los prejuicios existentes recalcando más aún si cabe el valor de esta moneda respecto a lo que pretendían representar en última instancia sus mentoras.
Por todo lo visto, la emisión de la moneda se retrasó mucho, incluso después de la inauguración de la Exposición (recordar que esta fue el 1 de mayo), en concreto el 13 de junio empezó la acuñación en la “Philadelphia Mint”. Como ya sucedió con el medio dólar, las piezas 1, 400, 1492 y 1892 fueron acuñadas como pruebas y enviadas al “Board of Lady Managers” junto con los correspondientes certificados acreditativos de las mismas. El total acuñado fue de 40.023 piezas de las que las excedentes a las aprobadas por la ley (23 monedas) fueron enviadas a la “United States Assay Commission”.

Las monedas no se vendieron bien en la exposición. Podían adquirirse tanto en el Pabellón de Mujeres de la feria como por correo, mientras que el medio dólar podía ser adquirido en muchos más puntos de venta en la feria y también a través de bancos. Por todo ello y sobre todo porque los asistentes a la feria entendían que para la adquisición de una moneda como recuerdo de su visita a la feria era más rentable el medio dólar que el cuarto ya que ambos se vendían al mismo precio de un dólar, las ventas del “Isabella Quarter” se limitaron a 15.000 monedas entre asistentes y los varios miles comprados por la “Scott Stamp and Coin Company”, de los restantes Palmer y las demás damas del Comité adquirieron unos 10.000 al valor facial, finalmente 15.809 fueron devueltos para ser fundidos, por lo cual el total de piezas distribuidas fue de 24.214.

Las aproximadamente 10.000 piezas que quedaron en poder de las señoras organizadoras fueron llegando al mercado a través de distribuidores y otros vendedores en la década de 1920, a mediados del siglo pasado se vendían por unos 20 $ y hoy en día sigue siendo una pieza muy buscada, especialmente en el mercado estadounidense.

En cuanto a las especificaciones técnicas de la moneda indicar que son las mismas que los “quarter dollar” de la época, es decir los “Barber”, su composición es plata 0.900 con un peso total de 6,25 gramos, un diámetro de 24,3 milímetros y un grosor de 1,75. El canto es estriado.

En el catálogo de Krause tiene asignado el número KM115 y sus precios son elevados, especialmente para las conservaciones más perfectas.

En lo particular no dispongo de fotos de esta moneda porque simplemente jamás la he visto salvo en fotos, pero espero algún día conseguirla, lo que supongo me supondrá un desembolso de una magnitud como jamás he hecho hasta la fecha por una sola moneda.

Para terminar, hacer una reflexión sobre el significado feminista de esta moneda y lo que supuso de reivindicación por parte de las mujeres de Chicago y de todo el mundo en ese momento que como ya dijimos el mundo estaba cambiando, pero aún se le negaba a la mitad de la población los mismos derechos que a los varones. Hoy nos encontramos quizás en un momento absolutamente opuesto en la lucha de las mujeres por su papel en la sociedad, pero hay un elemento común como es que desde el año pasado los Estados Unidos emiten cada año cinco monedas de cuarto de dólar dedicadas a mujeres relevantes, eso sí norteamericanas, pero quedará para la historia que la primera de estas monedas y 129 años antes lo fue dedicada a una española que en su tiempo fue quizás el ser humano más influyente de su época.

Nuevamente deseo que hayáis disfrutado de este artículo y quedo a la espera de vuestros comentarios y quedamos emplazados para una futura entrega de las conmemorativas clásicas norteamericanas.

Muchas gracias

Pedro
Avatar de Usuario
Cabío
Mensajes: 1124
Registrado: 23 May 2013, 19:57
Ubicación: Ribeira. Orilla norte de la ría de Arosa. Galicia

Re: Isabella Quarter

Mensaje por Cabío »

Anverso de la moneda indicada, con Isabel Primera de Castilla, y Reverso de la misma moneda, que representa la industria femenina, mediante la imagen de una mujer con una rueca y un huso.

Isabel I de Castilla

Para este ejemplo la imagen la he bajado de la página de Numista.
Imagenmiembro del...inactivo GRUPO GALICIA
Avatar de Usuario
Cabío
Mensajes: 1124
Registrado: 23 May 2013, 19:57
Ubicación: Ribeira. Orilla norte de la ría de Arosa. Galicia

Re: Isabella Quarter

Mensaje por Cabío »

Amigo Pedro.

Para colgar una imagen en el hilo hay varios procedimientos, pero en resumen diremos que hay dos que se emplean mucho más.

El primero necesita que tengas una página web donde puedas subir la imagen que quieres colgar.

El segundo es que busques una página en la red donde ya esté dicha imagen. En mi ejemplo anterior he recurrido a la página de Numista.

A continuación, en el post que estás escribiendo, pinchas en el 8 tumbado que hay en el menú de órdenes y que dice insertar URL. Te saldrá lo siguiente: [uerreele][uerreele][barra uerreele][barra uerreele], y aquí borras los dos extremos, con lo que te quedará: [uerreele][barra uerreele].

Luego, en el primer corchete, haces una edición y escribes el signo igual. Y a continuación del signo igual, escribes la URL de la página, propia o ajena, en donde esté colgada la imagen. En mi caso quedaría así: [uerreele=https://es.numista.com/catalogue/pieces6695.html] [barra uerreele]

Luego te pones antes del corchete de cierre de la URL [/corchete de cierre url] y escribes la palabra o la frase que quieras que sea la que active la URL y te lleve a la página en la que está la moneda.

En mi ejemplo quedaría así: [uerreele=https://es.numista.com/catalogue/pieces6695.html]Isabel Primera de Castilla[barra uerreele].

Le das a Vista Previa y compruebas el resultado. Notarás que Isabel Primera de Castilla sale en color azul y subrayado. Isabel Primera de Castilla
Si pinchas ahí te llevará a la página en la que esté la moneda. Si todo está correcto, le das a enviar.

NOTAS: He escrito la palabra uerreele, porque si escribo url dentro del corchete se activa la instrucción y no te enterarías de las instrucciones que hay que seguir, para conseguir lo que quieres. Tienes que cambiar todas la expresiones uerreele dentro de corchetes por url.
Análogamente, cada vez que dentro del corchete aparezca la palabra barra tienes que cambiarla por el signo /, por la misma razón de activación que en anterior caso.

Practica un poco y pronto conseguirás resultados.

Saludos
Imagenmiembro del...inactivo GRUPO GALICIA
Responder