Lafayette Dollar

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DrGrullo
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Lafayette Dollar

Mensaje por DrGrullo »

En las dos entregas precedentes sobre las conmemorativas clásicas norteamericanas conocimos el “Columbian Half Dollar” y el “Isabella Quarter”, ambas vieron la luz en una Exposición Mundial, la de Chicago 1893 y en el caso de la moneda que nos ocupa hoy se hace razón el refrán que dice “no hay dos sin tres” puesto que el conocido como “Lafayette Dollar” se concibió para ser presentado en la Exposición Mundial de París 1900. Además, con esta moneda se cierra la triada de monedas conmemorativas de plata emitidas por EE.UU. en el Siglo XIX y que como vemos abarcaron tres valores faciales distintos del dólar y sus fracciones, si bien las posteriores monedas conmemorativas de plata ya siempre fueron de medio dólar.

Este dólar conmemorativo presenta muchas particularidades, para empezar, es como decimos la única moneda de dólar conmemorativa de plata emitida por los Estados Unidos hasta las modernas series en plata acuñadas desde 1983 y que no son circulantes sino productos numismáticos a diferencia de las tres series que hasta la fecha se están emitiendo, pero ya no en plata, sobre Presidentes de los EE. UU. (desde 2007 se han puesto en circulación 40 que son tantas como presidentes ya fallecidos), Nativos americanos (15 hasta el día de hoy a razón de una al año a partir de 2009) e Innovación americana (vamos ya por 21 desde 2018 hasta mediados de este 2023).

Quizás la particularidad más destacada del “Lafayette Dollar” sea que es la primera moneda norteamericana que representa a un ciudadano de este país, en este caso George Washington, y que posteriormente se generalizaría con la presencia de otros, especialmente de históricos presidentes del país en las monedas de todas las denominaciones del dólar y sus fracciones.

También llama la atención que la moneda no denomine a su facial como “1 dollar” o “one dollar” sino como “Lafayette dollar” pero esta práctica aunque extraña no es única en la historia numismática del país ya que las dos conmemorativas precedentes se denominaron “Columbian half dollar” y “Columbian quarter dollar” respectivamente y posteriormente al “Lafayette” tendríamos aun algún ejemplo más como el “McKinley dollar” de oro de 1916-1917 precisamente dedicado al Memorial del presidente responsable de la emisión del dólar de Lafayette.

Estamos en presencia de una moneda indicar que en cuanto a dimensiones y pesos presenta las mismas que los “dollar” de la época, es decir los “Morgan”, su composición es plata 0.900 con un peso total de26,73 gramos y su diámetro de 38,1 milímetros. El canto también es estriado. En cuanto al grosor, los catálogos consultados dicen que es 3,1 mm, pero los “Morgan dollar” tienen 2,4 mm y al ser del mismo diámetro, peso y composición me hacen recelar de que los 3,1 mm sean ciertos. Desafortunadamente al no tener la dicha de disponer de esta moneda no he podido comprobarlo personalmente y además por esta razón os quedaréis sin fotos (ni que decir tiene que si alguien dispone de una sería estupendo pusiese una foto y aclarara lo del diámetro).

La moneda representa en el anverso al primer presidente de los Estados Unidos, George Washington (1732-1799) y a quien fue su amigo, Gilbert du Motier, marqués de La Fayette (1757-1834), por medio de sus dos efigies superpuestas y rodeadas de las leyendas “United · States · Of · America” arriba y “Lafayette · Dollar” abajo, separadas ambas por dos estrellas. Mientas que en el reverso muestra una estatua ecuestre de Lafayette rodeada por la leyenda “Erected · By · The · Youth · Of · The · United · States · In · Honor · Of · Gen · Lafayette” y otra leyenda debajo “Paris * 1900” también separada por dos estrellas de la anterior.

Se da la circunstancia de que la fecha que aparece en la moneda no es la de su acuñación que fue el 14 de diciembre de 1899, puesto que se hizo coincidir con el centenario de la muerte del primer presidente de los Estados Unidos, por ello algunos historiadores han llegado a calificar como ilegal esta moneda ya que según la Ley de Moneda de 1873 era obligatorio que las monedas estuviesen fechadas con su año de acuñación y en este caso no se cumplió la norma.

El origen de esta moneda se sitúa en 1898 y se debe a la idea de erigir en París una estatua dedicada a Lafayette y regalarla al pueblo francés del mismo modo que estos habían regalado al pueblo norteamericano unos años antes, en 1886, la impresionante estatua de “La Libertad iluminando al Mundo”. Esta idea que ya venía avalada por el Senado fue defendida en la Cámara Baja norteamericana por el empresario de Chicago Ferdinand Whyte Peck (1848-1924), así pues, otra vez en Chicago es protagonista en las conmemorativas norteamericanas, pero fue rechazada por los congresistas norteamericanos ya que en ese momento el país tenía otras graves preocupaciones, por cuanto estaba inmerso en la guerra con España por nuestras últimas colonias en el Caribe (Cuba y Puerto Rico) y en el Pacífico (Filipinas, las islas Marianas, las islas Palaos y las islas Carolinas).

Hago un inciso histórico aquí por la relevancia que para nosotros supuso este conflicto, ya que supuso la pérdida de nuestras últimas posesiones en América y Asia y a la postre determinó que “el Desastre del 98” relegara definitivamente a España a partir de entonces a una posición secundaria en el contexto internacional, mientras que en el otro lado de la balanza confirmo a Estados Unidos como la nueva gran potencia mundial. Y aunque las consecuencias numismáticas del llamado “desastre del 98” darían para otro artículo eso ya os lo dejo a vosotros.

Volviendo a la génesis de la moneda, resulta que, en 1898, el presidente William McKinley nombró a Peck Comisionado General de los Estados Unidos para la Exposición Universal de 1900, una Feria Mundial que se celebraría en París. Así Peck aprovechó para revivir la propuesta de Lafayette como parte de la participación estadounidense en la feria, y creó la Comisión Memorial de Lafayette para supervisar el proyecto del monumento. La comisión debía asegurarse de que el monumento se diera a conocer el 4 de julio de 1900, es decir el Día de la Independencia de los Estados Unidos que era el elegido para ser el Día de los Estados Unidos en la exposición. El 1 de septiembre de 1898, Peck nombró a varios estadounidenses prominentes para la comisión, incluido el senador de Iowa William B. Allison, el secretario de Estado William R. Day, el arzobispo John Ireland y el reverendo Edward Everett Hale. Los oficiales de la comisión incluyeron al tesorero, el Contralor de la Moneda (y futuro Vicepresidente de los Estados Unidos) Charles G. Dawes, y el secretario, Robert J. Thompson.

La recaudación de fondos para construir el monumento a Lafayette constituyó una parte importante del trabajo de la comisión, y a la par buscó involucrar a las escuelas y escolares estadounidenses en el proyecto. Así el 19 de octubre de 1898, el 117 aniversario de la rendición de Cornwallis en Yorktown, fue proclamado el primer "Día de Lafayette" por 42 gobernadores y comisionados de educación de los distintos estados y territorios. Aunque el presidente McKinley no emitió una proclamación similar, elogió el plan en una carta dirigida a la prensa. Se desarrollaron ceremonias especiales en honor de Lafayette en muchas escuelas (junto con adaptaciones en los planes de estudios escolares), y se pidió a los alumnos que donaran centavos en honor del patriota francés dando como resultado una recaudación de 45.858,30 $.

Antes de continuar con la historia de la moneda habría que dar siquiera unas pinceladas sobre el personaje que nos ocupa, Gilbert du Motier de La Fayette, marques de Lafayette. Gilbert du Motier de La Fayette nació el 6 de septiembre de 1757 en el seno de una noble familia francesa. Cuando tenía menos de dos años, su padre murió en la batalla de Minden, convirtiéndose en marqués y casándose unos años después con apenas 17 años.

En 1775, mientras estaba en servicio militar en Metz, Lafayette tuvo noticias de la Revolución Americana en las Trece Colonias. El joven oficial rápidamente idealizó la causa estadounidense con los nobles sueños libertarios. Al enterarse de que el Segundo Congreso Continental carecía de fondos, Lafayette alquiló un barco a sus expensas y en 1777 navegó hacia América, aunque inicialmente recibió una fría recepción del Congreso, ya que eran muchos los oficiales extranjeros que habían tratado de ser parte del Ejército Continental más como aventureros y con el fin de hacer fortuna que como verdaderos defensores de los rebeldes, por ello su comandante general, George Washington, pidió que no se comprometieran más. La solicitud de Lafayette al no buscar ninguna retribución tuvo éxito, a ello contribuyó no en menor medida que el Congreso había recibido una carta del enviado estadounidense a Francia, Benjamin Franklin, afirmando que la familia de Lafayette era rica e influyente. Franklin instó al Congreso a acomodar a Lafayette, y también mantenerlo a salvo y fuera de la acción militar para que su muerte no dañase la causa estadounidense.

El Congreso votó obedientemente a los dictados de Franklin en julio de 1777 para comisionar a Lafayette como mayor general, y lo envió a reunirse con Washington. Los dos hombres formaron una relación muy estrecha a pesar de la considerable diferencia de edad (un cuarto de siglo). El deseo de Franklin de mantener a Lafayette a salvo se vio frustrado por el deseo del joven de estar donde se libraban las batallas, y fue herido en la batalla de Brandywine en septiembre de 1777. Francia junto a su aliado Borbón, España, pronto entraron en la guerra del lado estadounidense, y fueron determinantes en la victoria final. Lafayette ayudó a dirigir la decisiva campaña de Yorktown, lo que llevó a la rendición del teniente general Lord Cornwallis junto con todo su ejército, lo que selló el destino de la guerra a favor de los estadounidenses.

Lafayette volvió a Francia en 1781, convertido en un héroe nacional de ambos países. Posteriormente regresó a los Estados Unidos en 1784, su última visita en 40 años. En Francia, se involucró en política, favoreciendo una monarquía constitucional. Se le dio un cargo y mando militar después de la Revolución Francesa, pero fue capturado por los austriacos en 1792, permaneciendo en cautiverio durante cinco años, lo que muy probablemente le libró de ser ejecutado durante el periodo de la Convención Nacional conocido como “el reinado del Terror” puesto que gran parte de los nobles franceses fueron guillotinados. Con la llegada del Directorio Napoleón arregló su liberación, Lafayette permaneció en sus propiedades y lejos de la política durante el gobierno del Emperador. Después de la restauración de la monarquía en 1815, volvió a dedicarse a la política, sentándose en la Cámara de Diputados.

En 1824, el Congreso estadounidense votó unánimemente para que el presidente James Monroe invitara a Lafayette a regresar como invitado de la nación. El marqués y su hijo, George Washington Lafayette, llegaron a la ciudad de Nueva York para una serie de gigantescas celebraciones. Durante el siguiente año y medio, Lafayette visitó los 24 estados. Se le dieron innumerables honores y regalos, incluyendo tierras en Florida (que por cierto había dejado de ser española junto a Oregón unos años antes por el tratado de Adams-Onís firmado el 22 de febrero de 1819). El marqués regresó a Francia en 1825 y murió en 1834. Es una de las únicas ocho personas que se les ha otorgado la ciudadanía honoraria de los Estados Unidos. Según Arnie Slabaugh en su libro sobre monedas conmemorativas, "Lafayette se hizo tan popular y respetado en ambos países que la amistad que ayudó a consolidar entre las dos naciones se ha extendido hasta el día de hoy".

Y ya volviendo al tema que nos ocupa, sucedió que en el seno de la Comisión del Memorial Lafayette recordando los ejemplos precedentes de las dos monedas conmemorativas de la Exposición Colombina de Chicago 1893 se pensó que ésta sería una buena forma de recaudar fondos. Así a principios de 1899, la comisión buscó la promulgación de una legislación que a semejanza de los ejemplos precedentes le otorgara una asignación de 50.000 $ en forma de 100.000 medios dólares conmemorativos, que como ya se había hecho antes podrían venderse al público con una prima. En cambio, el Congreso aprobó y McKinley firmó el 3 de marzo de 1899, un proyecto de ley de asignaciones civiles que incluía la provisión de 50.000 piezas de plata de un dólar que se otorgarían a la comisión. El lingote de plata para su acuñación debía comprarse en el mercado abierto y no debía provenir de las existencias de la Casa de la Moneda adquiridas de conformidad con la derogada Ley de Compra de Plata Sherman y ello, aunque la Casa de la Moneda no agotaría su inventario de esa legislación hasta 1904. El Congreso puso un límite presupuestario de la plata de 25.000 $. Así, el Tesoro de los Estados Unidos compró 3.675,875 onzas troy de plata por 23.032,80 $. Además, se acordó que los diseños debían ser seleccionados por el Director de la Casa de la Moneda, con la aprobación del Secretario del Tesoro.

Con la ley ya aprobada, el grabador jefe de la Oficina de la casa de la Moneda, Charles E. Barber se hizo cargo personalmente del proyecto. Barber quería esta vez que la moneda no sufriese los retrasos y disputas que habían marcado el proceso creativo de las dos monedas conmemorativas anteriores. El 24 de marzo el director de la casa de la Moneda ¡, George E. Roberts le comunicó que la Comisión Memorial de Lafayette tenía la idea de que en una de las caras de la moneda apareciese la proyectada estatua en honor de Lafayette, a lo que Barber inmediatamente solicitó un boceto del monumento para ponerse a trabajar en él.

El 12 de abril el secretario de la comisión, Thomson ya había proporcionado dicho boceto, una estatua ecuestre obra del escultor norteamericano Paul Wayland Bartlett (1865-1925) que años después sería el autor del frontón “Apoteosis de la Democracia” de la Casa de Representantes en el edificio del Capitolio. Barber trabajó para la moneda con varios bocetos decantándose para el anverso por dos bustos superpuestos de los protagonistas de la moneda Washington y Lafayette y para el reverso por la estatua ecuestre. A Roberts le pareció bien y sin consultarlo con la comisión filtró la información a la prensa, apareciendo en el American Journal of Numismatics en su edición de abril de 1899.

El 23 de mayo Barber comunicó por escrito a Roberts que había optado por basar el diseño de la efigie de Washington en el conocido busto de 1785 obra del escultor francés Jean-Antonie Houdon (1741-1828) y en una medalla inspirada en la misma obra del medallista también francés Pierre-Simon-Benjamin Duvivier (1730-1819) del año 1786, “Washington antes de Boston”. Para la efigie de Lafayette optó por una medalla de 1824 obra de otro medallista francés, François-Augustin Caunois (1787-1859).

Señalar aquí que, a pesar de lo afirmado por Barber, como puso de manifiesto el prestigioso historiador numismático Arnie Slabaugh el diseño del anverso pudo estar inspirado en una medalla del centenario de Yorktown de 1881 obra de Peter Lewis Krider (1821-1895) quien ya había trabajado para la Casa de la Moneda en la década de 1871-80. Así lo sostienen también los no menos prestigiosos Anthony Swiatek y Walter H. Breen en su obra sobre las monedas conmemorativas norteamericanas. Y es bien sabido que Barber y otros grabadores de su época se inspiraban cuando menos en el trabajo de sus colegas. Desde mi modesta opinión la necesidad de terminar el diseño en tan breve plazo de tiempo debió llevar a Barber a casi plagiar la medalla de Krider porque personalmente me parece un error grosero elegir dos retratos separados en el tiempo por casi 40 años, es decir un Washington de 53 años y un Lafayette de 67 cuando pongamos que en 1781 año en que los dos generales y amigos coincidieron en el campo de batalla contaban con 49 y 24 años respectivamente. Lo lógico habría sido aun manteniendo el retrato de Washington optar por uno de Lafayette en su juventud, pero del modo que optó Barber evidentemente ahorro buena parte del trabajo previo para la creación de la moneda.

Tanto el presidente Peck como otros miembros de la comisión no estaban satisfechos con las propuestas de diseño de la moneda presentadas por Barber, por ello a instancias de Roberts, el grabador se reunió en Nueva York con Peck los días 14 y 15 de junio, allí limaron asperezas y al parecer Peck comprendió las dificultades para recoger determinadas leyendas en lo reducido de una moneda. Por otra parte, Barber daba por seguro que la propuesta de reverso no coincidiría, como así fue, con la estatua que finalmente se erigiría en París puesto que era conocedor de cómo trabaja un escultor y más aún si era necesario que antes de estar instalada debería pasar por la supervisión de una comisión parisiense, por lo que en el mejor de los casos no estaría terminada antes de la mitad del año 1900. En cualquier caso, Barber optó por el diseño de estatua que le aportó en su temprano boceto Bartlett e incluyó el nombre del escultor en la base de la estatua. Lafayette aparecía en ese boceto, y por ende en la moneda, sosteniendo una espada que extiende hacia arriba, en palabras de Bartlett “Lafayette está representado en la estatua como un hecho y un símbolo, ofreciendo su espada y servicios a los colonos estadounidenses en la causa de la libertad. Aparece como el emblema de la simpatía aristocrática y entusiasta mostrada por Francia a nuestros antepasados”.

Hago otro pequeño paréntesis para indicar que de hecho la estatua no estuvo terminada para la fecha del 4 de julio de 1900, pero si un modelo en yeso del tamaño de la estatua ecuestre de Lafayette, que fue el inaugurado con carácter provisional en la Place du Carrousel en esa fecha. La estatua definitiva en bronce no fue erigida allí hasta 1908, en ese largo periodo de tiempo Bartlett no satisfecho del todo con el modelo inicial introdujo varios cambios con la que aparece en la moneda, así elimino el sombreo tricornio dejando al general descubierto y paso a disponer en su mano derecha la espada desenvainada y levantada como si arengase a sus tropas al combate. Además, como guiño al pueblo de París colocó a los pies del caballo una tortuga con la que pretendía simbolizar el lento transcurso del tiempo que sufrió el trabajo definitivo para terminar la escultura. En la actualidad la estatua no se encuentra en su emplazamiento original, sino que con motivo de las obras de instalación de la pirámide de cristal del Louvre se trasladó a Cours-la-Reine, al lado del rio Sena.

Ya en relación a la moneda, fue finalmente el 20 de junio cuando Barber presentó los diseños finales de la misma y el director, Roberts, los aprobó el 1 de julio.

Como ya se dijo el 14 de diciembre de 1899 se acuñaron todas las monedas en la Casa de la Moneda de Filadelfia, en una pequeña ceremonia en la que estuvieron presentes funcionarios de la Casa de la Moneda, miembros de la Comisión Memorial de Lafayette y algunos representantes de la prensa. El primero de los dólares luego de ser examinado entre otros por Barber y Thompson, fue entregado a Roberts quien lo colocó en una caja para monedas a fin de ser llevado a Washington DC para que el presidente William McKinley lo entregase en una vistosa vitrina con un coste de 1.000 $ como regalo al presidente de la República Francesa Émile Loubet (1838-1929). El primer dólar de Lafayette viajó al Viejo Continente atravesando el Atlántico a bordo del S.S. La Champagne y debía ser entregado por Thompson el día 22 de febrero coincidiendo con el cumpleaños de Washington aunque finalmente debió realizarse el 3 de marzo. Tanto la moneda como el cofre se encuentran expuestos en el Museo del Louvre.
Del Lafayette Dollar se emitieron un total de 50.026 piezas incluyendo 26 para la inspección por la “United States Assay Commission” encargada de estos menesteres. Todas las monedas fueron acuñadas en un solo día por lo que al utilizarse diversos troqueles que no eran del todo idénticos se pueden distinguir algunas variantes de esta moneda.

Inmediatamente los 50.000 dólares se pusieron a la venta directamente por la Comisión Memorial de Lafayette a un precio unitario de 2 $, pero en febrero al trasladar sus oficinas de Chicago a Paris cedió la venta de las monedas al “American Trust & Savings Bank of Chicago” quien se encargó de las mismas durante varios años sin mucho éxito, de lo que da cuenta que al parecer en 1903 se vendían en el mercado secundario a 1,10 $. En París las ventas no fueron exitosas, unas 1.800 piezas por lo que unas 10.000 fueron devueltas a los Estados Unidos. Al parecer en esos primeros años del siglo XX muchas debieron ser gastadas por los compradores iniciales con lo que pasaron al mercado como una moneda circulante más. No fue hasta la década de los años 20 cuando el precio de estas monedas empezó a aumentar superando el precio de venta inicial y subiendo progresivamente alcanzando los 15 $ en tiempos de las últimos “early conmemorative half dollars”.

Unas 14.000 piezas fueron devueltas al Tesoro permaneciendo allí en sacos de mil piezas hasta que en 1945 enterado de ello un comerciante de monedas de Omaha, Aubrey Beebe las solicitó, pero para aquel entonces ya había sido fundidas. Así pues, se estima que el montante de piezas en circulación neto es de 36.026 monedas.

Se trata de piezas muy buscadas cuyo valor oscila entre los 425 $ para una conservación AU50 a los 15.000 $ de la MS66.

Y con este artículo terminamos la historia de las tres primeras monedas conmemorativas de los Estados Unidos emitidas en el Siglo XIX, dejo a vuestro criterio si ampliar esta serie de artículos a otras piezas conmemorativas de plata que son conocidas como "early commemorative half dollars" que ya en el Siglo XX se hicieron más comunes.

Saludos

Pedro
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