Las monedas conmemorativas de la Exposición Panamá-Pacífico de San Francisco 1915

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DrGrullo
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Las monedas conmemorativas de la Exposición Panamá-Pacífico de San Francisco 1915

Mensaje por DrGrullo »

Siguiendo por la senda que hemos trazado para ir repasando las monedas conmemorativas de los Estados Unidos hoy nos toca detenernos en las cinco monedas emitidas para conmemorar la Exposición Internacional Panama-Pacific de 1915 celebrada en San Francisco.

No obstante, una primera puntualización se hace imprescindible para advertir que tan sólo me voy a centrar en el medio dólar de plata, ya que las otras cuatro son piezas de oro y por tanto extremadamente raras y alejadas de los comunes mortales que nos enrolamos en este blog. ¡Pero ojo, eso no significa que la otra pieza de plata sea necesariamente asequible!

Nuevamente como en las entregas precedentes, estamos en presencia de una emisión plena de curiosidades y excepciones. Para empezar entre las cuatro piezas de oro se incluyeron dos monedas de 50 $ lo que constituyó la emisión de monedas con el facial más elevado en la historia estadounidense (eso sí, excluidas las emisiones “bullion” de los últimos años). También se da la curiosidad de que esa moneda de 50 $ tuvo dos tipos diferentes, que, aunque con anversos y reversos casi idénticos son distintas en su forma, puesto que una es redonda y otra octogonal a imagen y como homenaje a las emisiones privadas de los tiempos de la fiebre del oro californiana en que se acuñaron piezas de oro octogonales conocidas como “oro pionero” con un valor de 50 $ y que fueron emitidas por la Casa de la Moneda de San Francisco antes de que fuese oficial, allá por 1851 bajo supervisión de Augustus Humbert y que se conocieron con el nombre de “Águilas quíntuples”. En cualquier caso, la moneda de 50 $ octogonal de 1915 es además la única pieza oficial emitida por los Estados Unidos que no es redonda.

La génesis de estas monedas comienza cuando en 1904 el hombre de negocios de San Francisco Rueben Hale propone que su ciudad albergue una exposición para conmemorar tanto el cuarto centenario del descubrimiento del Pacífico por Vasco Núñez de Balboa (1475-1519) como la apertura del Canal de Panamá. Dos años después el terrible terremoto y el subsiguiente devastador incendio que asoló la ciudad parecía poner fin definitivo al proyecto, pero contra todo pronóstico la orgullosa ciudad californiana se levantó de sus cenizas con más fuerza y la recaudación de fondos para la reconstrucción de la ciudad también se extendió al proyecto de la exposición, así el gobierno federal igualo la cifra de las donaciones privadas y en 1911 el presidente William Howard Talft (1857-1930) eligió a San Francisco en detrimento de Nueva Orleans para organizar la feria de 1915.

Hagamos los correspondientes incisos históricos que es lo que creo hace verdaderamente interesante estos exclusivistas rollos numismáticos. El descubrimiento por los europeos del océano Pacífico (puntualizo esto porque los asiáticos y polinesios se sentirían agravados si decimos que fuimos nosotros los españoles quienes descubrimos este océano) en realidad se produjo el 25 de septiembre de 1513 fecha en que Núñez de Balboa diviso en el horizonte desde las montañas el que vino a llamar “Mar del Sur” (no fue hasta 1520 cuando Fernando de Magallanes (1480-1521) quien después de cruzar el estrecho que lleva su nombre y en honor a la placidez de las aguas que encontró en contraste con las furiosas aguas del Atlántico en las tierras australes denominó a este océano con el nombre por el que actualmente se le conoce) y del que tomo posesión para el Reino de Castilla entrando en sus orillas el 29 de ese mismo mes. Por cierto, que en esta primera expedición de Balboa también participó el joven Francisco Pizarro González (1478-1541) que luego habría de conquistar el Perú y quien además tuvo una participación decisiva en la detención y posterior decapitación del descubridor del Pacífico, una buena muestra de lo apasionante y convulsa que resultó la historia de la conquista del Nuevo Mundo. Para terminar con la breve pincelada sobre Balboa no está de más decir que la moneda de la República de Panamá siempre ha sido el Balboa en honor del conquistador español y en ella suele aparecer su efigie.

También es preciso indicar que la inauguración del Canal de Panamá fue el 15 de agosto de 1914 siendo una tremenda obra de ingeniería que debemos a los Estados Unidos, no obstante, el primer proyecto de realizar un canal que permitiese el tránsito del Atlántico al Pacífico sin tener que bajar al sur para doblar el peligroso Cabo de Hornos se debe al monarca español Carlos I quien allá por 1524 sugirió la excavación de un canal con este propósito, pero ni la tecnología ni las finanzas de la época lo permitieron, aunque el trazado proyectado por Gaspar de Espinosa (1483-1537) poco más o menos coincide con el finalmente elegido por el ingeniero francés Ferdinand de Lesseps (1805-1894) que es a quien debemos no solo el proyecto final del Canal de Panamá sino también la construcción del Canal de Suez concluido en 1869. Dado que el proyecto francés fracasó por la quiebra de la compañía de Lesseps los norteamericanos retomaron el mismo y con el decidido apoyo del presidente Theodore Roosevelt Jr. (1858-1919) los Estados Unidos finalizaron la obra y se hicieron con los derechos a perpetuidad del canal, aunque como ya sabéis el 31/12/1999 la administración del canal pasó a la República de Panamá (existen muchas monedas conmemorativas que así lo atestiguan, pero eso ya se lo dejo a otros compañeros por si les apetece).

Lo que si queda meridianamente claro es que la importancia del Canal de Panamá a principios del Siglo XX era capital y que los intereses geopolíticos norteamericanos allí eran determinantes como puesta en práctica de la conocida como “Doctrina Monroe” de la que habremos de hablar en un futuro capítulo (si es que para entonces no os habéis aburrido con estos artículos) y que tuvo como destacada ampliación el llamado “Corolario de Roosevelt” que reafirmo el colonialismo norteamericano sobre Centro y Sudamérica y que había contribuido decisivamente a que Panamá se desgajase de Colombia en noviembre de 1903, arrojando a aquellos a los brazos del Tío Sam y con ello entregando el canal (Tratado de Hay-Bunau-varilla de 18 de noviembre).
Volviendo a la Exposición Internacional Panamá-Pacífico, ésta se celebró junto al Golden Gate (no confundir con el famosísimo puente que lo cruza, sino que ésta es la denominación del estrecho que separa la Bahía de San Francisco y el Océano Pacífico) entre el 20 de febrero y el 4 de diciembre de 1915 y casi veinte millones de personas pasaron por ella constituyéndose en un absoluto éxito del que hoy sólo queda un edificio, el “Palace of Fine Arts” de San Francisco, y ello a pesar de que durante la misma Europa estaba inmersa en la devastadora Primera Guerra Mundial.
Por lo que se refiere a las monedas conmemorativas en Congreso aprobó su emisión el 16 de enero de 1915, la norma prevé cinco monedas: un half dollar de plata, un dollar de oro, un quarter eagle de oro (es decir 2,50 $) y dos monedas distintas de 50 dollars.

- Half Dollar, como todos los de plata tiene un peso de 12,50 gramos de plata 0.900 y un diámetro de 30,6 mm. En el catálogo Krause tiene la referencia KM135. En el anverso la figura alegórica de Columbia arroja unas flores al Golden Gate, sobre unas simbólicas olas aparece el sol, a la derecha un querubín sostiene una cornucopia, rodea la imagen la leyenda “Panama-Pacific Exposition” y debajo el año 1915 con la ceca S de San Francisco. En el reverso la clásica imagen del águila con las alas abiertas sobre el escudo federal aparece flanqueada por una rama de roble y otra de olivo y rodeada de la leyenda “United States of America · Half Dollar” además del lema nacional “In God We Trust”. Existirían un de 27.134 piezas. Su diseño es obra de Charles Edward Barber.

- One Dollar, se trata de una moneda de oro 0.900 con un peso de 1,672 gramos y un diámetro de 15 mm. La referencia en el catálogo “World Coins” es la KM136. En el anverso de clara influencia modernista aparece la efigie de un trabajador del Canal y a su izquierda la leyenda “United States of America” y debajo el año 1915. En el anverso dos delfines rodean el valor “One Dollar” y la marca de la ceca S, y en torno a estos la leyenda “Panama-Pacific Exposition – San Francisco”. El precioso y original diseño de esta moneda es obra del escultor americano Charles Keck (1875-1951). De esta moneda quedarían unas 15.000 piezas.

- 2 ½ Dollars, también de oro 0.900 un peso de 4,18 gramos y 18 mm de diámetro. Referencia KM137. El diseño del ubicuo Barber reproduce en el anverso nuevamente a Columbia, pero esta vez a lomos de un hipocampo mientras sostiene en su mano izquierda un caduceo como símbolo del comercio, encima la leyenda “Panama-Pacific · Exposition” y debajo el año 1915 y la marca de la ceca, S. En el reverso también el águila, esta vez en una pose más realista sobre lo que parece un estandarte romano con el lema nacional “E Pluribus Unum” que traducido del latín podría trasladarse como “De muchos uno” en alusión a que de las trece iniciales colonias que proclamaron su independencia de la metrópoli británica se constituyó un solo país independiente. Alrededor la leyenda “United States of America” y debajo el valor de la pieza 2 ½ Dol. Esta moneda tuvo una tirada final de 6.749 ejemplares.

- Fifty Dollars, forma redonda de oro 0.900. Peso de 83,59 gramos y un diámetro de 44 mm. Referencia Krause KM138. Obra del artista Robert Ingersoll Aitken (1878-1949). La efigie de la diosa romana Minerva, que representa al mismo tiempo la sabiduría y la estrategia militar, tocada con su característico casco y portando su escudo. También gigura el lema “In God We Trust” y rodea a la diosa la leyenda “United · States · Of · America · Fifty · Dollars”. En cuanto al año aparece en el escudo en números romanos, MCMXV lo que también una rareza en la numismática norteamericana. En el anverso nos encontramos con un búho posado en una rama de pino californiano (Pinus ponderosa) y el lema “E Pluribus Unum”, este animal está asociado a la diosa por cuanto a menudo se la representa con él e incluso la diosa misma se aparecía a los mortales con su forma y es conocido también como símbolo de la sabiduría, si bien la especie elegida por el artista, probablemente el búho americano (Bubo virginianus) poca relación habría tenido con la diosa ya que en realidad el ave de Atenea (que es el nombre de la deidad para los griegos) es el mochuelo europeo como atestigua su nombre científico Athene noctua, pero ya se sabe que en cuestiones ornitológicas poco podemos pedir a los artistas de aquella época y mucho menos a los numismáticos. En torno la leyenda “Panama-Pacific · Exposition · San Francisco”. La marca de ceca, S, aparece a la derecha de la piña también derecha del reverso. La tirada de esta moneda es escasísima, tan sólo 483 ejemplares.

- Fifty Dollars, octogonales de oro 0.900. Presenta el mismo peso y dimensiones que el anterior. Referencia KM139. También son los mismos motivos los del anverso y reverso, pero en el borde octogonal aparecen ocho delfines, uno por cada vértice, tanto en anverso como en reverso con los que se pretende simbolizar el mar Pacífico. De esta moneda habría tan sólo 645 piezas.

A la vista de las anteriores tiradas se comprende porque me limito a la de plata tanto en lo que a mis aspiraciones coleccionistas se refiere como en cuanto al estudio de la pieza, si bien hay que decir que el “Panama-Pacific One Dollar” tampoco es estratosféricamente caro. En cualquier caso, el “Panama-Pacific half dollar” tampoco forma parte de mi colección hoy en día (quién sabe si en el futuro tendré la oportunidad de adquirirlo).

Sin detenernos mucho esta vez en la génesis de las monedas digamos que inicialmente el director de la Casa de la Moneda, George E. Roberts solicitó la participación de diseñadores y artistas en la creación de los motivos de las monedas, pero en noviembre de 1914 abandonó su puesto para pasar al sector privado. Los cuatro escultores inicialmente seleccionados, uno para cada moneda salvo para las dos de 50 $ que tendrían el mismo diseño, fueron Manship, Longman, Keck y Aitken. De estos, como ya hemos visto, tan sólo los dos últimos vieron finalmente sus diseños plasmados en las monedas, los trabajos de los otros dos escultores fueron rechazados y sustituidos por los diseños alternativos del grabador jefe de la época, Barber.
Centrándonos en el half dollar, aunque su autoría se asigna a Barber el diseño recuerda a los trabajos de Morgan (especialmente el anverso es similar al del “Morgan Dollar” con una representación del águila que a ningún aficionado a la ornitología nos gusta, sobre todo por la falta de realismo en las alas de la rapaz), lo que no es de extrañar pues siendo el ayudante de aquel seguramente trabajarían conjuntamente en la pieza. En cualquier caso, el reverso de la moneda es de diseño clásico norteamericano, tan al gusto de Barber y Morgan, el águila y las habituales en numismática ramas de roble simbolizando la firmeza y de olivo en referencia a la paz. El anverso parece beber de fuentes francesas puesto que “Columbia” recuerda un poco a las Marienne republicanas y también tiene un cierto parecido con la “Walking Liberty” del medio dólar que entraría en circulación al siguiente año (acuñándose hasta después de la Segunda Guerra Mundial) y que diseñó Adolph Alexander Weinman (1870-1952).

La producción de los troqueles para estas monedas se realizó en la Casa de la Moneda de Filadelfia, a pesar de que la ley había aprobado que la acuñación fuese en la fábrica de San Francisco, por lo que los mismos se enviaron a San Francisco para realizar la acuñación final.

La venta de las monedas en la Exposición se encargó a la empresa del afamado coleccionista Joseph Ferran Zerbe (1871-1949), quien había sido Presidente de la Asociación Numismática Americana (ANA) entre 1907 y 1909, para ello empleó la muestra que organizó dentro de la exposición denominada “Money of the World”. Como quiera que la acuñación de las monedas se retrasó y ya se encontraba iniciada la feria las ventas de las mismas no fueron bien y Zerbe tuvo serias diferencias con los representantes del Tesoro. De las monedas de oro a excepción del dólar se vendieron muy pocas, además los visitantes de la exposición dudaban de la oficialidad de las mismas, confundiéndolas con medallas conmemorativas. Finalizada la Exposición Universal Zerbe continuó un año más vendiendo por su cuenta las monedas, las restantes fueron fundidas por el Tesoro.

De las 1.510 y 1.509 piezas inicialmente acuñadas de las monedas de 50 $ redonda y octogonal respectivamente, como hemos visto sobrevivieron poco más de un tercio (483 y 645 respectivamente).

De las 10.017 piezas del “Quarter eagle” fueron fundidas 3.251 y de las 25.034 del dólar se fundieron 10.000.

En cuanto al medio dólar de las 60.000 piezas inicialmente acuñadas (muy lejos de las 200.000 autorizadas por ley), además de unas 30 para la “United States Assay Commission” se habrían distribuido 27.134 y 32.866 fueron fundidas. Esta moneda se vendía en la feria al precio de 1 $ o bien a 5 $ si se compraban seis. También se vendió en un juego junto al dólar y el “Quarter eagle” por 10 $ e incluso en juegos más lujosos junto con las de 50 $. La mayor parte de las ventas se realizaron en la misma feria a los visitantes que la compraron individualmente presentada en un envoltorio de papel, es por ello que las que hoy están disponibles en general tienen escasas marcas de uso, pero su estado de conservación difiere si bien suele supera el AU50.

Por todo ello, esta moneda superaría ampliamente los 400 € en caso de que la encontréis a la venta, yo desde luego ni la he visto nunca ni tampoco he encontrado ninguna en aquellas páginas de subastas a las que he tenido acceso.

Y ya me despido esperando como siempre (aunque advierto que de momento con poca fortuna) vuestros comentarios y aportaciones.

Pedro
Migzar
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Re: Las monedas conmemorativas de la Exposición Panamá-Pacífico de San Francisco 1915

Mensaje por Migzar »

:geek:

Muchas gracias por ilustrarnos con tan documentadas historias de esta serie de monedas.
Ya que son monedas de un nivel elevado de coleccionismo, al menos más elevado que el mío, en lo que se refiere a capacidad adquisitiva para pensar en algo parecido a iniciar lo que seria una serie inalcanzable de completar, al menos tenemos la ocasión de conocerlas con gran detalle.
Un detalle en su concepción,diseño y elaboración muy superior al habitual para la mayoría de las monedas que vamos incorporando a nuestras colecciones.

Siempre he creído que saber más de una moneda hace que aumente el interés por ella, sea luego posible conseguirla o no.
Es algo similar a lo que sucede con las temáticas numismáticas que nos atraen. Bien sea por qué es un tema que nos resulta más conocido, o por el camino contrario, que varias monedas que nos gustan nos hagan empezar a buscaras información sobre el tema en cuestión.

Aunque, por otra parte, esa misma afición previa nos encamina hacia algunas monedas temáticas es la misma que luego nos trae desilusiones al verla plasmada en monedas que para cualquier lego en la materia le parecerán más o menos bonitas, mejor o peor diseñadas, pero no ”herirán" sus sentimientos las "barbaridades" que nosotros no podemos dejar de notar en las monedas, como bien describes en tu artículo y que la mayoría no "vemos" en las características ornitológicas de las monedas.

En fin, espero con interés renovado un nuevo episodio de esta serie que ya ha hecho plantearme al menos tener que decidir que monedas de las que vas detallando puedo empezar a ir pensando en incorporar algún día a mi prole numismática.

Y que también ha hecho que me registre en esta web que también empezaré a explorar en breve.

Buena semana a todos.

Miguel
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DrGrullo
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Re: Las monedas conmemorativas de la Exposición Panamá-Pacífico de San Francisco 1915

Mensaje por DrGrullo »

Muchas gracias Miguel por tus comentarios y bienvenido a este foro.

La verdad es que opino como tú, no puede bastar al aficionado numismático quedarse en ser un mero acaparador de piezas sino que es obligado profundizar en el conocimiento de las mismas aunque se trate de monedas que aun no formen parte de la colección pero que algún día aspiremos a poseer.
Yo personalmente pasada la fiebre adquisitiva que todos hemos tendido quizás disfruto más ahora estudiando la historia de las mismas y poniéndola en su contexto. Probablemente sea porque las piezas a las que ahora mismo aspiro me son esquivas.
Desde luego animo a todo el mundo a detenerse en ellas y buscar información sobre las monedas de su colección y si es posible a tener la generosidad de compartir este conocimiento. En lo que a mi respecta seguiré en esta línea.

Saludos y a seguir coleccionando.

Pedro
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